Aborto legal: la discusión argentina abre el debate en Latinoamérica

La legalización de la práctica llegará el 8 de agosto al Senado nacional, tras la media sanción en Diputados. Mientras tanto, el debate toma impulso en el centro y sur de nuestro continente. Conocé en qué estado se encuentra la discusión en distintos países de la región.

Eugenia Muzio

El reclamo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en Argentina transcendió tanto al pañuelo como a las agrupaciones feministas. El color verde ya no es eventual sino masivo, y a la vez, simbólico. La media sanción del proyecto en la Cámara de Diputados se festejó con un grito agudo de desahogo. Tan colectivo y tan fuerte que cruzó fronteras y encendió una llama que se creía, en algunos casos, ya apagada. La ola verde se extendió y evidenció que la deuda con las mujeres no es sólo argentina, sino de casi todo el continente.

La visibilidad que tomó el movimiento de mujeres local impulsó algo más que un lugar en la agenda internacional de diarios y portales del mundo: fue un ejemplo para las feministas de Chile, Ecuador, Brasil, México, Colombia, Venezuela, Perú y Bolivia, que comienzan a reorganizarse para formar campañas nacionales y pelear por su propio marco legal a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE).

Por ahora, ninguno de los escenarios es idéntico al argentino. Son más o menos beneficiosos para la ampliación de derechos de las mujeres según la influencia de las religiones o de las iglesias, el acceso a métodos anticonceptivos y educación sexual pública, la instalación de la discusión en la sociedad y la disposición del poder legislativo a abrir el debate de los diferentes proyectos.

De los países de América Latina, sólo Uruguay (2012) y Cuba (1968) cuentan con una ley que garantiza a las mujeres y cuerpos gestantes la gratuidad y seguridad de la práctica. En cambio, en la mayoría del resto de las naciones, el aborto es sólo legal por diferentes causales que, en un alto nivel casos, no se cumplen.

Perú

Las mujeres peruanas sólo acceden a un aborto legal en los casos que se ponga en riesgo la vida o salud de la mujer. El protocolo para la IVE existe, pero muchas veces no se aplica por presiones de grupos eclesiásticos u ONGs “pro vida” que tienen, en la actualidad, una fuerte presencia en Perú.

La abogada y activista feminista integrante de Nuevo Perú (movimiento político de la izquierda) Parwa Oblitas explicó que el panorama social no es favorable y que el escenario en el Parlamento no es muy diferente: “Hay una mayoría conservadora. Algunos congresistas son pastores de Iglesia que quieren llevar la religión a la política a pesar de tratarse de un Estado presuntamente laico”.

Oblitas consideró que la posibilidad de alcanzar el derecho al aborto legal en todos los casos es “muy lejana”, por lo que los colectivos feministas se reorganizarán para volver a luchar por una normativa que habilite la práctica en casos de violación sexual, un proyecto que ya fue presentado por iniciativa de la ciudadanía en 2016 y rechazado al poco tiempo.

Sin embargo, para la referente el caso argentino “ha encendido la chispa” y alentó a que a partir de ese impulso las mujeres de América Latina tomen las riendas para que “la ola se extienda por toda la región”. “No podemos soñar en pequeño, sino soñar en grande. Tenemos que soñar para conseguir nuestros derechos sexuales, reproductivos”, deslizó.

Ahora, los grupos feministas que impulsan esta iniciativa en Perú están en el “proceso inicial”: buscan repensarse, articularse, aliarse con personajes famosos y congresistas feministas y de izquierda, pensar en herramientas comunicativas y plantear esta situación en el plano político.

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“La lucha debe estar en la calle y en la cultura. Esa lucha está ahora en nuestras manos”, resumió Parwa.

Venezuela

En Venezuela, la crisis económica agrava y hace aún más complicado el acceso a un aborto seguro. La única causal despenalizada en este país es la que contempla que un embarazo puede poner en riesgo la salud o vida de la mujer.

La integrante de la Red de Aborto Seguro Maríana García Sojo explicó que “esta solía cumplirse hasta que el bloqueo económico de Estados Unidos hizo que el Misoprostol no llegue a los centros de salud públicos, aún cuando el Gobierno incluyó este medicamento en la lista de remedios esenciales”.

El aborto con pastillas cuenta en Venezuela con un doble obstáculo: por un lado, el mercado negro, donde el remedio es más factible de ser conseguido, pero a precios altamente especulativos; y por el otro, la desinformación, ya que tanto “quienes toman el medicamento y como los propios médicos no manejan el protocolo del correcto uso del Misoprostol”.

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“No les funciona el tratamiento de la manera que les explican y con el tiempo, avanza el embarazo y abortan en condiciones de mucho mayor riesgo de lo que pudo haber sido con una información correcta sobre el tiempo y el uso para interrumpir la gestación de esta forma”, escenificó García Sojo en diálogo con AUNO.

La crisis provoca aún más dificultades en la prevención de embarazos no deseados. Según contó la militante venezolana, la situación también entorpece la posibilidad de conseguir métodos anticonceptivos, tanto hormonales como de barrera porque el país también debe importarlos. “Esto se traduce en una suba de la mortalidad materna, embarazos no deseados y la imposibilidad de planificar un embarazo”, detalló.

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No obstante, García Sojo asegura que las adversidades provocadas por la crisis en el país representan “una oportunidad para aglutinar fuerzas en torno” al tema. Los 28 de cada mes, las agrupaciones feministas llevan el reclamo a la Asamblea Nacional y exigen que sea discutido en plenarias.

“Es probable que la propuesta avance, pero necesitamos generar una base de apoyo más grande fuera de la institucionalidad que nos permita la aprobación de la propuesta. Estamos dialogando con la Asamblea Nacional Constituyente para una propuesta de Carta Magna que debe ser validada en una elección democrática”, planteó.

México

El caso de México es único en Latinoamérica: el aborto está legalizado en la Ciudad de México desde hace 10 años y toda mujer mexicana es libre de someterse al procedimiento aún si no posee residencia en la capital. Sin embargo, en el resto de los 32 estados la IVE sólo estará garantizada por las causales de malformación fetal y cuando este ponga en riesgo la vida o salud de la mujer.

Los colectivos que lucharon por la legalidad de la IVE sin condicionamientos en CDMX buscan desde ese entonces que el derecho se amplíe a todos los estados y que, como en muchos otros países de la región, ahora formaron una Campaña Nacional con un nombre homónimo al de Argentina para unificar su reclamo y hacerlo más fuerte.

Paola, una integrante de este nuevo gran colectivo explicó que si bien la lucha está “sumando mucha gente de forma increíble”, la raíz cultural vinculada a la iglesia católica en el interior de su país mantiene a la mayor parte de la población “muy desinformada”.

“La educación sexual es sumamente escasa. En muchos casos, los anticonceptivos no se les entregan a las menores de edad o se entregan ya caducados. La presión de la iglesia es constante y sabemos que es algo que siempre estará presente”, explicó Paola. Entonces, su principal foco es la difusión de información: “Queremos sumar cada vez más apoyos, más colectivos, a la par que trabajamos con abogadas feministas que están abriendo paso en la vía legal”.

El primer paso en su plan comunicacional comenzó con la creación de diferentes cuentas en las redes sociales. Si bien Paola explicó que el proyecto está “apenas prosperando”, aseguró que las mujeres no pierden “la meta”: “Queremos que cuando decidamos interrumpir un embarazo podamos hacerlo en lugares seguros y clínicas especializadas. Que la educación sexual sea de calidad y que cualquiera tenga acceso a anticonceptivos en buenas condiciones”.

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Así como en Perú, Venezuela y México, en los demás países que se animaron a surfear ola verde que partió desde el sur, las mujeres saben que oportunidades aprovechar y están dispuestas a dar el debate social y político sobre la soberanía de los cuerpos. Cada lucha es distinta, pero tiene el mismo compromiso: el derecho humano a la libertad.

AUNO 09-07-2018
MEM-AFG

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