Las paradojas de un homenaje

Adrián Figueroa Díaz Por primera vez, el Obispado de Lomas de Zamora rescató públicamente la memoria de un desaparecido por la última dictadura. Pero del homenaje a Antero Daniel Esquivel no participaron alumnos de colegios laicos ni grupos parroquiales, tal como suele ocurrir en los actos diocesanos. Apenas hubo una veintena de representantes de sectores […]

Adrián Figueroa Díaz

Por primera vez, el Obispado de Lomas de Zamora rescató públicamente la memoria de un desaparecido por la última dictadura. Pero del homenaje a Antero Daniel Esquivel no participaron alumnos de colegios laicos ni grupos parroquiales, tal como suele ocurrir en los actos diocesanos. Apenas hubo una veintena de representantes de sectores nacionalistas del catolicismo lomense, que fueron los promotores del recordatorio y pertenecen al Encuentro Nacional, Popular y Cristiano.

Este espacio está integrado por militares retirados y civiles del Movimiento Cóndor, Compromiso Social, las agrupaciones Hombre Nuevo y Popular Nacionalista, y el Movimiento por la Restauración Cívica. Este último supo apoyar la candidatura a gobernador de Gustavo Breide Obeid, un ex carapintada que participó del levantamiento de Semana Santa de 1987 y cuyos efectos devinieron en las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

El sitio web que comparten los sectores que pertenecen a ese espacio ensalza el patriotismo y publica escritos del papa Joseph Ratzinger que atacan la Teología de la Liberación, uno de los pilares de la Juventud Obrera Católica (JOC), a la que perteneció Esquivel (aunque los testimonios sobre él resaltan tanto su fervor misionero como sus negativas a participar de la actividad política de entonces).

El comunicado de prensa con que el Encuentro Popular Cristiano difundió el homenaje al catequista desaparecido destacó la publicación de un texto escrito en 1977 por el polémico obispo de entonces, luego de conocer la detención de Esquivel: “En su Carta Pastoral de Cuaresma leída en todas las parroquias e iglesias de la diócesis, el entonces obispo diocesano, monseñor Desiderio Elso Collino, denunció públicamente la desaparición de este noble hijo del Paraguay”, dice la gacetilla.

Del homenaje a Antero Daniel también participó el obispo Agustín Radrizzani, que bendijo la placa y partió mientras los organizadores se fotografiaban entre sí. Una actitud similar a la del obispo tuvieron Paulino Meza, fundador del EPPA; Rosendo Pedernera, concejal lomense cuyos padres siguen desaparecidos; y Alejandro Lencina, hijo de Héctor Lencina, el ex concejal peronista miembro de la JP Montoneros fusilado en la denominada “Masacre de Pasco” que en 1975 comandó la Triple A, ese aparato represivo avalado, entre otros, por el ala derecha de la Iglesia.

Tal como lo dijera la Justicia, la Triple A fue la “antesala” del terrorismo de Estado desatado durante la última dictadura, bendecida también por el conservadurismo nacionalista y católico. Uno de los obispos que vio con buenos ojos la llegada del golpe de Estado de 1976 fue Desiderio Elso Collino.

La carta en que Collino exigió la aparición de Esquivel existió, aunque no muchos sacerdotes dan fe de su lectura pública. Pero lo que la gacetilla del Encuentro Popular y Cristiano omitió fue que en esa misma misiva pastoral, el obispo ya fallecido reconoció que “si (bien) de las demás personas desaparecidas no podemos abrir juicio, por cuanto no nos son conocidas, sí podemos dar fe de que DANIEL nunca se ha metido en cuestiones políticas ni siquiera de su propio país, muchísimo menos nunca ha estado en contubernio con los guerrilleros”.

La llamativa argumentación de Collino concluyó así: “En la necesaria represión de la subversión, no es lícito golpear al que no ofrece resistencia, es pecado grave la tortura, sigue siendo robo apoderarse de lo ajeno, la fuerza sólo debe emplearse en la medida de lo necesario”.

AFD
AUNO-27-08-07
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