Entre la espera y la remontada

Una elección que arrancó con siete puntos de diferencia terminó con un final peleado. La candidata a senadora Cristina Fernández de Kirchner eligió dar su discurso a las 3.43 de la madrugada, luego de una lenta entrega de escrutinios.

Matías León Gómez

Lomas de Zamora, agosto 14 (AUNO).- Cuando Cristina Fernández de Kirchner se adjudicó la victoria en la provincia de Buenos Aires, los resultados reflejaban una ventaja en favor de la lista encabezada por el candidato de Cambiemos Esteban Bullrich por 0.04 por ciento. Eran las 4 y el porcentaje de mesas escrutadas dejaba un margen considerable en una elección tan pareja.

Este pico de tensión alcanzado tuvo su lento desarrollo y transformación desde las 18, cuando cerraron los comicios. Por aquella hora el estadio cerrado de Arsenal de Sarandí, lugar escogido como bunker, sólo estaba ocupado por periodistas que esperaban a los candidatos para las habituales rondas de prensa.

El primero en acercarse fue el candidato a senador nacional por Unidad Ciudadana, Jorge Taiana, quien se mostró cauto respecto de los resultados pero esperanzado con una “mejora en sectores urbanos” y “en la clase media”.

“El éxito principal de la campaña es que pudimos poner en agenda la cuestión económica, no solo en nuestro espacio sino en todos los partidos”, sostuvo, y aseguró que los resultados “de boca de urna hablan de que el 70 por ciento de la ciudadanía cree que las cosas están mal encaminadas”.

Llamó la atención la ausencia de la militancia, que solo estaba presente en quienes tenían un rol de organización y se acercaban a la mesa de catering para aliviar la ansiedad con alguna fruta, medialunas, sándwiches, o hasta bruschettas de morcilla.

Frente al microestadio se montó una pantalla gigante para los vecinos que quisieran acercarse. Unas pocas personas decidieron esperar en la cancha embarrada, por lo menos las que se pudieron ver antes de que cerraran las puertas a la prensa.

A las 21 se conocieron los primeros resultados en la burbuja de periodistas. Aquella diferencia inicial de siete puntos no se percibió en el ambiente ausente de militancia, aunque sí sorprendió a los presentes y a quienes pertenecían a la organización partidaria.

Recién a las 22 comenzó la música e ingresó la militancia para ocupar el lugar frente al escenario. Sin banderas ni insignias partidarias, solo algunos con banderas argentinas. Una gran mayoría observaba sus celulares obsesivamente para actualizar los resultados o se acercaba a la prensa a preguntar.

—¿Hubo algún cambio?
—No, sigue 37 a 31

Y se iban cabizbajos.

Pero la diferencia fue ajustándose y el porcentaje de mesas escrutadas se ralentizaba. Esto enojó a los dirigentes y esta vez fue el candidato a diputado, Leopoldo Moreau, quien habló con la prensa, pasada la medianoche.

“Hubo una intención de sostener un resultado hasta que hablara el presidente y, desde ahí, la fotografía cambió. Estamos absolutamente seguros que en un rato se va a conocer la verdad”, aseguró.

Por su parte, la candidata a diputada Laura Alonso calificó como “poco serio que hayan reducido al 20 por ciento el personal del Correo” y criticó al Gobierno por la demora en los resultados, debido a que “priorizó una voluntad de marketing por sobre el voto de los bonaerenses”.

La militancia escuchó las palabras de los candidatos y se envalentonó en un grito: “Lo damos vuelta la puta que lo parió”. Los datos de urna alimentaban la épica. Cada actualización descontaba puntos al oficialismo que, de siete de diferencia, pasó a solo una décima a las 3.

Y en ese momento apareció Cristina Fernández de Kirchner en escena. La candidata a senadora dio su discurso con la militancia en su estado de mayor entusiasmo y se declaró ganadora de los comicios en la provincia de Buenos Aires.

Pero casi como si estuviera orquestado, las nuevas actualizaciones sorprendían, porque mientras la ex presidenta hablaba el porcentaje volvía sobre sus pasos unas pocas décimas. Así fue que la militancia se retiró del estadio de Arsenal con la incertidumbre de un resultado abierto y con pocas mesas por escrutar.

Unas horas antes, las cámaras de Todo Noticias se encendieron para el móvil habitual. La militancia lo notó y se dio media vuelta para alzar sus dedos en “V” y cantar “vamos a volver”. El cantito duró unos pocos segundos. Desde el núcleo militante la letra mutó a un “¡Argentina, Argentina!”. Y así comenzó el camino hacia octubre.

AUNO-14-07-2017
MLG-MDY

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